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Nihil Obstats




Publicado por la Fundación CELARG dentro del recopilatorio “Voces Nuevas 2007 - 2008 Tomo I” 
en marzo de 2011.   ISBN: 978-980-399-006-0 (N. del A.)



Envuelta por la oscuridad, Ella, La Sombra, vaga desterrada e inerte por sombríos parajes de pesadilla. Recorre su universo en compañía de sus demonios internos. Repudia el sentido de su existencia al recordar la pérdida inevitable de ese ser concebido en sus entrañas, ahora vacías, incapaces de albergar más vida. El viento frío le susurra un canto o tal vez un murmullo en la distancia, una letanía en lenguaje antiguo, un misterioso llamado envuelto entre las ramas de los escuetos árboles. Prefiere ignorarlo. Su melancolía es más fuerte y no está dispuesta a oírlo. Ha decidido sumergirse profundamente en su soledad.

Todo en ella es negación. El dolor le desgarra y la empuja bruscamente haciéndola tropezar contra filosos acantilados. Encuentra frente a sí, un océano imponente, denso y embravecido. Sus negras vestiduras se despliegan como alas ante su presencia. En ese instante, el viento trae de vuelta el susurro misterioso. Ella, La Sombra, decide ir al encuentro de ese mar oscuro y hambriento, para obligar a sus oídos a no escuchar voz alguna nunca más. Impulsada por un instinto suicida, salta desde el borde del precipicio con asombrosa determinación.

Segundos de vuelo en picada y el viento ruge acrecentando el murmullo lejano. Justo en el instante de la zambullida, la frase Nihil Obstats retumba en su cerebro y el choque de su cuerpo contra el turbulento oleaje produce en ella una doble sacudida. Ahora se encuentra suspendida como en un letargo, dentro de un enorme vientre nebuloso y salado. Ha decidido desprenderse voluntariamente de todo instinto de supervivencia. Su cuerpo desciende lentamente, hundiéndose en el verde útero marino. Su inconsciente comienza a repetir Nada lo impide, traduciendo del latín la frase traída por el viento lejano. Ahora internada en la profunda oscuridad, las sombras se diluyen surgiendo una nueva existencia dentro de ella.


En cada sueño, Ella, La Muñeca, es devorada por la misma visión, noche tras noche. Despierta convencida de su conexión con aquella siniestra y triste mujer suicida. Su cuerpo empapado en sudor todavía conserva la sensación del letargo. En el techo de su habitación, ondas irregulares, sinuosas y orgánicas bailan por segundos frente a sus ojos hasta que desaparecen, dejando suspendido el recuerdo de una voluptuosa textura oceánica.

Aún no amanece. La luna está anclada en el firmamento. Envuelta entre espesas nubes, menguante, como la silueta de una estilizada embarcación errante. Su blanco resplandor acentúa el rostro selenita de Ella, La Muñeca, quien la observa hipnotizada. Su espíritu decide abandonar aquel refugio material zarpando a bordo de aquella nave imaginaria rumbo a lo desconocido. Grandes velas se tensan bajo el impulso del viento helado, iniciándose un viaje onírico cuyo destino es recorrer nuevamente el vasto océano de sus pesadillas, entre negras nubes y oscuras sensaciones.


Caminando entre escuetos árboles, cubierta con su manto inmaculado, Ella, La Reina de Hielo, contempla la amplia bóveda celeste, elevando nuevamente su canción expresada en lenguaje antiguo. La belleza de su voz transforma el paisaje circundante envolviéndolo en lacónicos susurros de sirena. El mar, para ese momento, se encuentra fundido con el cielo. No hay horizonte. Nubes y bruma forman una misma amalgama salpicada de estrellas y sal. La voz del viento es el canto nocturno de Ella, La Reina de Hielo, fuerza invisible que empuja el velamen de la nave lunar, haciendo su aparición espectral en el firmamento a cierta distancia de los filosos acantilados donde Ella, La Sombra, está a punto de volver a morir.

Desde el cielo, la bahía luce como una gigantesca boca de dragón. Las inquietas olas arremeten furiosas contra las fauces de roca y ésta a su vez expulsa entre sus dientes, bocanadas de espuma. Ella, La Muñeca, observa cómo se acerca la mujer solitaria, Ella, La Sombra, al farallón desde donde saltará en instantes al vacío. Desea impedírselo, acabar con esa terrible pesadilla sin sentido. Explicarle las razones que las conectan a ambas. Y es ahí cuando los demonios internos que acompañan a la suicida se percatan de su presencia y súbitamente inician vuelo arremetiendo con furia brutal, atacando salvajemente la embarcación lunar entre ensordecedores chillidos y rechinar de dientes. Aquellas criaturas infernales pretenden impedir la conexión entre ambas jóvenes y lograr el tormento eterno.


La luna quedó completamente oculta. Su blanco resplandor desapareció opacado por el ataque de los demonios. Una fina lluvia había comenzado a caer, salpicando con barro los pies de Ella, La Sombra, quien permanecía petrificada al ras del precipicio. La sensación de humedad traslada su mente sin querer a aquel momento, el más feliz de todos, al día glorioso que supo la llegada de su primogénito. De tantos intentos fallidos, lo había logrado. Ninguno de los hombres con los que había estado había podido embarazarla, hasta que conoció al último de ellos con quien mantuvo un apasionado idilio. La lluvia le trasladó a ese momento mágico donde su cuerpo fue estremecido por inmensos y consecutivos espasmos de placer. Y al revivir el goce del amor, se percató conscientemente de su oscuro deseo de quitarse la vida.

Al iniciar el siniestro ataque, los demonios internos de Ella, La Sombra, la abandonaron. Fue así como logró percibir los recuerdos felices de su pasado. Sólo uno de ellos, el mayor y más poderoso demonio, le abrazaba con recelo. Susurrándole al oído le expresó:

—Todos esos pensamientos derivan en un sólo desenlace, la muerte de tu hijo. Ningún arte conocido podrá reinvertir esa verdad ¡Vamos, avanza y alimenta al mar con tu infortunio!

La Reina de Hielo observaba en silencio la escena. Sabía que Ella, La Muñeca, había enfrentado el ataque de aquellos demonios alados, logrando liberar parcialmente de su influjo maligno a Ella, La Sombra, por eso supo que era el momento de intervenir directamente, usando todo su poder.

—¡Apártate criatura inmunda! —exclamó Ella, La Reina de Hielo y de sus ojos surgió un brillo cegador. Alzó sus brazos conjurando a los vientos borrascosos, que enseguida separaron al demonio de su presa, obligándolo a realizar un corto vuelo sobre el desfiladero. Ella, La Sombra, también fue impulsada hacia el lado opuesto tambaleándose ante la fuerza invisible. Fue en ese instante cuando ambas mujeres se miraron por primera vez a los ojos. El desconcierto fue total porque Ella, La Sombra sintió su propia mirada reflejada en un espejo. Sólo sus ropas eran diametralmente opuestas. Las pulcras y elegantes vestiduras de un blanco azulado de Ella, La Reina de Hielo, contrastaban con los oscuros atuendos y el largo sobretodo negro de Ella, La Sombra. Entonces, el demonio alado supo también la verdad, al reconocerlas exactamente iguales, a pesar de su distinta apariencia, eran la misma persona.

Inseguro, el demonio intentaba abalanzarse contra la mujer de negro, entendía que ésta no había revelado poseer ningún poder sobrenatural y se mostraba vulnerable. Ellas lo observaban expectantes desde ángulos diferentes, con gran desprecio y repulsión. La sensación visual era una panorámica mucho más tridimensional que la realidad, debido al hecho de su recién lograda conexión. 

—¡Debes morir eternamente! —le espetó con rabia terrible a ambas, sabiendo que su propósito estaba siendo ahora contrarrestado.

Segundos bastaron para entender la desventaja en una lucha desigual. Por eso, el demonio mayor invocó a los otros que lo habían abandonado momentáneamente. Era necesario acabar con las dos en ese mismo instante. Negros murciélagos en la lejanía dieron paso a grotescas criaturas aladas; al ir acercándose en turbia formación hasta la cima del farallón donde se entablaba la lucha entre el bien y el mal. Ella, La Reina de Hielo, entendiendo su destino, comenzó a cantar a viva voz. Su figura fue diluyéndose poco a poco hasta desaparecer completamente en un torbellino. Desconcertados el demonio y sus secuaces desvían sin querer su vuelo irregular al verse envueltos en aquel extraño viento hecho música. La frase Nihil Obstats flota intensamente como parte de un mensaje interior, ahora revelado en vida por Ella, La Sombra. Al escucharlo, gira sobre sí misma, apartando las garras amorfas de sus capturadores y lanzándose voluntariamente al vacío.



Al fondo, el mar hambriento aguarda junto a los filosos acantilados. Sólo que esta vez Ella, La Sombra, lo ha entendido. El impulso de aquel viento la ha liberado de todos sus demonios internos, haciéndola renacer formidablemente. La transformación se produce justo antes de la inminente zambullida. Empieza a amanecer y sus oscuros ropajes se consumen bajo el fuego incandescente de sus renovados deseos de vivir. Las sombras y la oscuridad desaparecen y unas majestuosas alas le remontan con la gracia de un cisne sobre las olas. Ella es ahora, El Fénix. Cuenta con la fuerza necesaria para vencer cualquier adversidad. Nada lo impide.


Dedicado a mi madre. Cuatro mujeres en una, o tal vez, ninguna de ellas.
Caracas, 20 de febrero de 2008



Nada te impide soñar

Esta historia posee recuerdos especiales y su particular orden de sucesos. Fue concebida inspirada en los cuatro personajes que aparecen en el primer disco solista de la cantante finesa, Tarja Turunen, My Winter Storm (2007), «El Chico Muerto» (Dead Boy), «La Muñeca», «La Reina de Hielo» y «El Fénix». El texto fue seleccionado para ser publicado en un libro recopilatorio titulado Voces Nuevas, 2007 / 2008, el cual logró salir a la luz en el 2011.

  
Apenas lo culminé quise obsequiárselo a Tarja, y para ello me puse en contacto con su esposo, el argentino Marcelo Cabuli, quien amablemente me autorizó a hacerlo, sugiriéndome enviarle la encomienda a su dirección en Finlandia. Ese mismo año 2008 pasé por un kiosco de revistas y adquirí emocionado una publicación llamada Mattey Magazine, donde aparecía Tarja en su portada y traía fotos de una visita vacacional de ella y de su esposo a varias costas venezolanas. ¡Eso me paralizó! Y muchísimo más cuando en 2009 lograra conocerla en persona cuando vino por tres días en mayo a Caracas, como parte de la segunda parte de su gira por Latinoamérica.


Una de las cosas que me conectó enormemente con esta artista fue su belleza, dulzura y serenidad. También su dominio del castellano. Me hizo sentirla muy cercana. Ella mantiene una relación muy íntima con sus fans. Era verdaderamente palpable la conexión. Gracias a Dios estuve junto a ella, fotografiándola y compartiendo buena parte de su recorrido, con los medios de comunicación, con sus incondicionales seguidores y los miembros de su banda, técnicos y músicos de ese momento. 


La productora Digital Dreams, C.A. empresa de un gran amigo, Guillermo Sulbarán, fue quien registró en video todo el concierto hecho por Tarja en el salón de exposiciones del Centro Sambil, y entre el material extra que preparó, incluye esta versión de mi cuento Nihil Obstats en forma de audiolibro, animado y musicalizado de manera especial con los temas instrumentales de Tarja. ¡Un recuerdo inolvidable sin dudas, de un sueño hecho realidad en lo artístico y literario! 





Descubre más de Alfredo Mambié y su Portafolio Digital en Behance, Pinterest, en Instagram y en su canal de Youtube.
    

Comentarios

  1. Orgullosamente el punto de partida creativo de esta historia fue la hermosa cantante Tarja Turunen. Unos de sus discos solista "My Winter Storm", describe visualmente en su diseño y en su video promocional a cuatro personajes: El Chico Muerto, La Muñeca, La Reina de Hielo y El Fénix. Siendo representados por la propia Tarja. El título en latín de esta historia gótica, proviene de un libro que una vez mi mamá me invitó a leer. "Historias para Leer en el Ascensor" de Enrique Jardiel Poncela, el cual mi padre le había obsequiado en sus primeros años. La frase Nihil Obstats, resultaba casi cabalística para mi, y al descubrir su significado, todo en este desarrollo comenzó a tener sentido.

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  2. Super espectacular... Que gran historia y todo un orgullo que se la pudiste entregar en las manos a la propia artista... Y bueno de verdad fue todo un desafío hacer este cuento en video... Grandes recuerdos! Gracias por reavivarlos

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    1. ¡Super agradecido contigo Guillermo! Desde siempre. Todo lo vivido con Tarja y su música ha sido mágico y espectacular. ¡Gracias por permitirme conocerla en persona! ¡Por presentarme a su esposo y músicos de banda! ¡Por contratarme como parte del personal de Digital Dreams por tres días! Por el traslado, los souvenirs exclusivos (extensiones del cabello de Tarja), gracias a tu esposa que usó el tocador justo después de ella en Globovisión... Por el material en video que grabaste en DVD y Bluray. Por darme la oportunidad de diseñarlos gráficamente. ¡Gracias por todo friend!

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  3. Gracias Alfredo por regalarnos esta obra maestra, intensa y muy sentida, leyéndomela un domingo por la mañana, tuve que tomar café antes de dejarte una reseña, y así ordenar ideas y emociones. Que bella simbiosis artística la que aqui vemos; primero la tuya literaria que te lleva a imaginar la oscuridad y luz de los personajes, esa eterna lucha entre el bien y el mal, interno y externo, desencadenada en el renacer de la mitica y fabulosa ave fénix.
    Tus palabras rítmicas e impecables, el audiovisual impactante y muy hermoso también, el fondo musical muy coherente con cada imagen y palabra. Me queda la sensación de la materia prima, del corazón de una gran película, de una historia cotidiana de lucha de luces, sombras y destellos de renacimiento. Mi gran cariño y respeto por tu arte, el de Guillermo y de Tarja 💗👏🥰

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    1. Me dejas sin palabras Karina... Gracias, muchas gracias por tu tiempo y comentarios. Esta historia me trajo con su trama a sentir que estaba «completando un ciclo», cuando vi el video hecho por mi amigo. Y es que han pasado años y el sentir permanece: la amistad con Guillermo, mi afición por la carrera de Tarja y la posibilidad de publicar mis historias en el blog y brindar por la oportunidad que nos brindó Penélope y su taller en el momento que tú y yo nos conocimos. ¡Muy honrado por tu visita, colega!

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