«El ser humano existe para crear belleza». Así lo concibe el poeta hindú Khalil Gibran. Y es completamente cierto. Aunque en algunas ocasiones, ya la propia naturaleza en sus majestuosas obras nos la regala. Y al asumir una actitud contemplativa, nuestro ser interno se conmueve, vibra y se emociona, admirándola, reconociéndola. Un ejemplo muy reciente y conmovedor de lo anterior es esta preciosa gatita moteada, quien exploraba curiosa por primera vez nuestro jardín. Mi hija Luz Selene la encontró pocos días atrás a la entrada de nuestra casa, asustada y un poco desnutrida, así que decidió adoptarla, bautizándola con el nombre de «Lukia», siendo el segundo gato con quien se compromete para amar y cuidar. Ha estado muy pendiente de ella, ya que recién fue esterilizada y se encontraba convaleciente. Debía recuperarse de esa intervención quirúrgica, y a su vez, acostumbrarse a su nuevo hogar, y a su poco sociable anfitrión felino, «Landy», quien no tardó ni un segundo en manifestar su m...
Lectura amena para degustar y quedar con ganas de más, alejada por completo de los convencionalismos, es creativa y libre, por lo tanto con estilo propio.