El sábado pasado cumplí cincuenta y seis años. Es la primera vez que la paso como Carl Fredricksen, el viejito vendedor de globos de la película de Disney Pictures «Up: Una Aventura de Altura», estrenada en 2009, realizada por el admirado estudio de animación Pixar. Este film que tal vez muchos recuerden con agrado estuvo inspirado y ambientado en nuestra fascinante selva amazónica venezolana, en especial el «Salto Ángel» («Kerepakupai vená» en lengua pemón), la catarata más alta e impresionante del mundo, ubicada en el parque nacional Canaima, en el hermoso estado Bolívar. Para quienes no recuerden el argumento les cuento: Carl, un anciano de 78 años, ha quedado desbastado por la muerte de su amada esposa y compañera Ellie, la cual conoció desde muy joven, disfrutando ese placer de vivir y compartir con ella la intimidad más profunda, esa conexión plena como pareja en la que prevalece conocer lo que a cada quien le hace más feliz, sus sueños más disparatados y locos, sus anhelos de ju...
Lectura amena para degustar y quedar con ganas de más, alejada por completo de los convencionalismos, es creativa y libre, por lo tanto con estilo propio.