La antigua escuela publicitaria tuvo en su momento la referencia de formidables artistas ilustradores. Mucho antes que la computación gráfica transformara el lenguaje visual, nombres como Luís Royo, Milo Manara, Boris Vallejo, entre otros grandes, eran la referencia obligada para quienes necesitábamos contemplar hasta qué punto podía llegar los niveles de excelencia en el arte del dibujo y la ilustración. Conocer y dominar la figura humana y dibujarla con detalle, y a su vez recrearla dentro de escenarios seductores y muchas veces superiores a la realidad, era expresado casi siempre en sus ilustraciones por alguno de estos veteranos. Trabajando meticulosamente con los recursos tradicionales del lápiz a mano alzada, variados pinceles (donde los de menos cerdas son con los que se aplican los mínimos detalles) con el uso del guache, acrílico y otros tipos de pintura, sin olvidar el aerógrafo, cuya técnica permite difuminar y lograr un mayor impacto visual. Hoy me tropecé con una gale...
Lectura amena para degustar y quedar con ganas de más, alejada por completo de los convencionalismos, es creativa y libre, por lo tanto con estilo propio.