1932. Era la noche del estreno, la gran gala inaugural. Escrito en senda marquesina destacaba “Armata Strigoi” obra teatral protagonizada por el niño prodigio, el gran descubrimiento, el sensacional tenor Attila Dorn. Su nombre real era Andrei Bogdan, sus padres y hermanos provenían de Rumania. Él era el benjamín, el hijo con aptitudes artísticas prodigiosas, poseía un talento excepcional para el canto lírico. Andrei fue descubierto dos años atrás por Olaf Wolf, su actual tutor; un ambicioso empresario teatral rumano y hábil hombre de negocios. Un sujeto trastornado por su decadencia en el mundo de la ópera, quien había ganado cierto prestigio en sus años de gloria, pero justo antes de conocer a Andrei, se encontraba prácticamente en bancarrota. Puso todo su empeño en convencer primero a los padres del niño prodigio, en permitirles ser su profesor de canto, prometiéndoles grandes ganancias en muy corto tiempo. Como eran personas conservadoras, y estaban en trámites para leg...
Lectura amena para degustar y quedar con ganas de más, alejada por completo de los convencionalismos, es creativa y libre, por lo tanto con estilo propio.