Me acuerdo una vez estando en el metro de camino a casa. Se produjo un apagón total en el sistema. Ordenaron desocupar la estación de inmediato. Salimos. Ya era de noche y todo en la calle era oscuridad y caos. En eso, empiezo a caminar entre las sombras hacia mi destino. Y de repente, «algo» me dijo, detente. Giré y me devolví. Lo hice sin razonar, pero buscando una señal que me confirmara aquella instrucción. Había un tumulto de personas, que solo podía distinguir como negras siluetas. Me fui acercando hasta penetrar entre ellas, y fue ahí cuando distinguí claramente el perfil de mi hijo mayor, Brian Alexis de Jesús. Entonces entendí mi instinto, y esa voz interior. Volvimos juntos a casa, en el metro, porque la luz regresó y todo retornó a la normalidad, justo cuando nos encontramos .
Lectura amena para degustar y quedar con ganas de más, alejada por completo de los convencionalismos, es creativa y libre, por lo tanto con estilo propio.