El resultado del experimento surgió casualmente en casa, por una extravagancia. Teníamos esa inquietud que provoca la forzada abstinencia de querer y no poder tomar y disfrutar algo rico porque las reservas se habían agotado, una vez más. Quienes fumen o sean adictos al café o al chocolate, me podrán entender mejor. Lo cierto es que contamos con la suerte de vivir en una casa amplia con un modesto jardín, y ese día, al recorrer sus rincones, di con una singular planta que de primer momento pensamos era un naranjo o un pequeño árbol de mandarinas, por lo aromático de sus hojas y su semejanza en la forma de éstas al compararlas en Google, pero luego nos buscamos la opinión de una vecina que lleva un vivero y nos aclaró que esa planta era pimenta racemosa, un árbol de la familia Myrtaceae, oriundo de las Antillas y la Guayana, de cuyas hojas se obtienen unos aceites esenciales, muy aromáticos, que se conocen también como bay-rum.
Saber su origen específico fue posterior, porque ese mismo día, por puro instinto y ociosidad, tomamos unas cuantas hojas y las pusimos en agua hirviendo para preparar con ellas un té alternativo. La dósis de aquella vez fue alta, créanme, y los efectos al tomar aquella pósima fueron brevemente alucinantes, pero luego comenzamos a darnos cuenta que si reducíamos la cantidad de hojas y las mezclábamos con el conocido toronjil, lográbamos un riquísimo, aromático y 100% natural té de hierbas casero original. Nos percatamos que llevarlo a la nevera y beberlo frío, también funcionaba, pensamos que podríamos mezclarlo con licor y preparar alguna guarapita, pero el sentido de esta bebida en cuestión no es estimulante sino reconfortante.
Varias semanas tomándolo habitualmente en casa, me hizo pensar en proponérselo preparar a mis compañeros de oficina. Tomé la rutina de recortar cada mañana varias hojas de cada planta, bay rum y toronjil y guardarlas frescas en una bolsa tipo zip. Por cada taza con agua dejo 4 minutos en el microondas, 3 tazas se preparan en 12 minutos exactos. ¡Es genial tomarlo bien caliente! Y con un toque de azúcar al gusto, ¡disfrutamos de una muy especial experiencia sensorial dos veces al día! ¡Sabe y huele exquisito! Cae muy bien. Mis compañeros le han dado su total aprobación.
—¡Es muy bueno, señor Mambié!
—¿Quien? ¿yo?...
—No, el tesito.
No podía dejar de imaginar el comercializarlo creativamente, dado a que trabajo en una Agencia de Marketing Digital, y es fácil para mi visualizar cómo debería llamarse esta nueva creación, su slogan, su imágen basada en mis lecturas sobre los mitos y leyendas, ¡personajes portentosos, épicos que inspiraron al mismísmo J.R.R. Tolkien a escribir El Silmarillion!...
¡Creo que he tomado suficiente té por hoy! Pero, sin lugar a dudas, la inspiración vino de tomar Elentári, leer a Tolkien a diario y administar este blog con esta clase de vivencias especiales. ¡Imaginar al mismísimo Freddie Mercury, amante de todo lo exquisito, fue el toque especial que complementó esta experiencia sensorial y creativa!



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