Y para demostrarlo, (y celebrarlo) su sello disquero reeditó en 2011 nuevas ediciones del álbum, de las cuales, la que llamó más mi atención por el proceso de grabación, fue la hecha en SACD (Súper Audio CD). Nada más excitante que saber que algunos grandes grupos son privilegiados y disponen tanto del apoyo de su público como de la industria que los respalda. En este caso, EMI Records ofreció Wish You Were Here a Sony quien incluyó dentro de su catálogo este disco haciendo un refinado trabajo de mezcla y remasterización digital en 5.1 canales, llevando toda su sonoridad a un nuevo nivel.
En este 2025, una vez más Wish You Were Here, será reeditado. Esta vez incluyendo varios temas descartados, rarezas y algunas grabaciones en vivo. con la intención de homenajear a esta maravillosa obra en su 50 aniversario.
El concepto del álbum giró en torno a dos ideas principales, bastante bien trenzadas una con otra: La añoranza del idealismo del grupo en sus orígenes y el carácter pesetero y meramente empresarial de la industria musical. El reconocido Diseñador Storm Thorgerson, y el resto del equipo creativo, se afanaron en revestir Wish You Were Here de múltiples imágenes surrealistas que sirviesen para explicar estos conceptos sin hacerlos demasiado obvios, añadiendo misterio iconográfico a una obra que sigue manteniendo ocultos muchos de sus significados: El nadador en el desierto, el nadador clavado en el agua, el velo rojo arrastrado por el viento, el apretón de dos manos metálicas, los empresarios saludándose del mismo modo en la portada, en uno de tantos gestos vacíos y superficiales como se atesoran hoy en nuestra sociedad. Uno de ellos arde, quizá en referencia a los grupos musicales que se queman, que terminan como bueyes tirando del arado de su propia marca y nunca llegan a sacar la cabeza.
Quizás Pink Floyd estuvo sumergido como ningún otra agrupación, en esta bizarra confrontación de creatividad versus duro negocio, haciendo de ella su estado natural. Syd Barret fue líder y visionario fundador del grupo, no logrando proseguir dentro de el mismo por sus serios problemas de adicción; aún así, sus compañeros le rindieron su merecido homenaje con este disco, reconociendo su gran aporte creativo, tomando su genialidad como inspiración.
Lo cierto es que, al cumplirse medio siglo, la industria musical también le rinde honores al resultado de todos esos factores, y recibe a cambio grandes ingresos en retribución, o tal vez los suficientes para justificarlos. Hoy son otros tiempos, y sólo quienes logramos valorar estos productos por lo verdaderamente buenos que son, asumimos adquirir a veces más de lo mismo a costos superlativos. Habrá que pensar que son pequeñas obras de arte, y simbolizan el legado de grandes maestros creadores, quienes en su tiempo pensaron intentar rozar la perfección y la grandeza máxima, lográndolo rotundamente.
Confieso haber comprado este disco en 2012. Haber reservado su estreno durante el tiempo que estuvo en el taller de reparaciones de la Sony, mi planta con sus cornetas 5.1. Luego de año y medio de larga espera, no pudieron reparármela. Todavía intento resolver ese incidente, pero este fin de semana pasado pensé que era posible abrirlo y disfrutarlo en otro equipo similar (prestado pero a mi alcance), Total, mi planta Sony (comprada en 2002) exige que la grabación venga en 5.1 canales para reproducirla de este modo (y los discos SACD exigen que el equipo reproductor sea además marca Sony para permitir acceder a ese modo de grabación). Estos otros home theatre más modernos ya no lo requieren, porque realizan la conversión a 5.1 canales, partiendo de la pista stereo (2 canales) que les pongas. Son detalles técnicos aprendidos en estos años de adicción tecnológica. ¡Lo cierto es que amo plenamente la perfección sonora..! Y agradezco haber podido disfrutar de un modo sereno junto a mi esposa de esta grabación.
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