Cansados y acalorados, luego de pasear enérgicamente a nuestra
mascota Kaira, mi hija Luz Selene y yo entramos a casa. Al instante de cerrar
la puerta le cedo la correa a Luz, quien me ha pedido llevar al jadeante animal
hasta el patio trasero mientras yo, sin dudarlo, las sigo pero hasta la batea donde
inclino mi cabeza para darme un remojón en el refrescante chorro. Escucho afuera
las repetidas lamidas de la perra a su balde de agua, mientras me seco con un
paño para devolverme hasta la cocina.
Luz Selene bebe descaradamente directo
del pico de la jarra recién sacada de la nevera. Le recrimino el hecho y le
pido que deje de hacerlo y use un vaso. Ella interrumpe el gesto con altivez, preguntándome:
—¿Es que acaso tú nunca lo
hiciste?...
—Sí, te confieso que sí. Pero
nunca ningún adulto me llegó a descubrir haciéndolo.
—¿Quién eres? Yo no te conozco.

Que niña tan pilas XD
ResponderEliminar